Cada vez son más las familias que tienen uno o dos coches y que hacen uso de ellos habitualmente. Ningún conductor, ya sea novel o experimentado, está exento de accidentes, la seguridad y la reducción del riesgo de lesiones graves son componentes imprescindibles en todo vehículo.
Las llantas, los neumáticos, los filtros de aire… son piezas fabricadas con la seguridad y la funcionalidad del vehículo en mente. Es mucha la velocidad que adquiere esta tecnología y los fallos, ya sean de las máquinas o de las personas que las manejan, pueden tener un coste muy alto en la vida de cualquiera.
Saber cuándo es necesario cambiar las llantas y los neumáticos puede aportar mucha seguridad al conductor y evitar accidentes problemáticos. La mayoría de los neumáticos cumplen la misma función mientras duran, pero llega un momento en el que empiezan a fallar en tracción y frenado y deben ser sustituidos.
La función principal de las llantas y los neumáticos es desviar el agua y así mejorar la tracción y evitar planear en calles mojadas, imprescindible si vives en lugares lluviosos. El relieve de las llantas te puede dar la clave para saber que es tiempo de cambiar. Cuando los neumáticos se desgastan se empiezan a formar unas elevaciones que van alineándose con el relieve y se pierde estabilidad.
Revisar asiduamente en busca de desgastes irregulares puede evitar que tengas que cambiarlos antes de lo necesario, pues un relieve disparejo indica un mal alineamiento de la llanta y reduce considerablemente la vida del neumático.
Independientemente de los relieves y dejando a un lado cuánto uses tu vehículo, 6 años es el tiempo mínimo recomendado que debe pasar un neumático antes de ser cambiado, y 10 años es el máximo.
El buen estado de los filtros de aire también es importante para garantizar la seguridad de tu coche, pues son los encargados de limpiar las partículas de polvo del flujo del aire que pasa a los cilindros del motor, protegiéndolo y asegurando la calidad en la mezcla de aire y combustible. Los filtros de aire para coches suelen cambiarse regularmente para evitar que se engrasen y taponen la entrada de aire, provocando una mala combustión del carburante o un consumo excesivo. Si ves que te falta potencia al acelerar o que los humos de escape son opacos y oscuros es señal de que un cambio es necesario. Un buen mantenimiento puede ahorrarte muchos costes y salvar vidas.